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Autoconsumo

Category: Autoconsumo

Entendemos por autoconsumo de energía eléctrica la producción de electricidad para el consumo propio.

Aunque hay varios tipos de autoconsumo, el más conocido y extendido en la actualidad es el autoconsumo de energía solar fotovoltaica. Recoge la luz del sol mediante placas solares que se instalan en tejados o determinadas superficies y la transforma en electricidad.

A nivel doméstico, el autoconsumo se produce principalmente mediante instalaciones de energía solar fotovoltaica de pequeña potencia.

Las instalaciones de autoconsumo son legales y cualquier consumidor puede generar su propia energía eléctrica como también realizar un autoconsumo compartido o de instalación cercana. 

Norma que regula el autoconsumo: https://www.boe.es/boe/dias/2019/04/06/pdfs/BOE-A-2019-5089.pdf

https://www.idae.es/publicaciones/info-idae-060-guia-de-tramitacion-del-autoconsumo

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Category: Autoconsumo

Una instalación solar puede tener dos variantes: aislada o conectada a la red. El objetivo de ambas es similar, abastecer de electricidad producida por energía solar, pero difieren tanto en instalación como en método de uso de dicha electricidad.

Instalaciones fotovoltaicas aisladas o autónomas

Este sistema se utiliza cuando no hay acceso a la red eléctrica o se quiere prescindir totalmente de ella. Para ello será necesario el uso de baterías solares que nos permitan almacenar toda la energía generada para usarla en los momentos que no hay producción de electricidad por falta de sol.

Para este tipo de instalaciones hay que tener muy en cuenta la cantidad de potencia diaria que vamos a consumir. De ello dependerá el número de paneles solares y baterías que habrá que instalar. Al ser un sistema aislado no hay opción de recurrir a la red en caso necesario, por lo que hay que asegurarse que se produzca y se acumule lo suficiente para nuestro consumo. Es importante también el tipo de batería que almacenará la electricidad, siendo siempre recomendables que sean de alto rendimiento para incrementar la eficiencia y la potencia de la instalación. Finalmente, será necesario un regulador solar, y un inversor si necesitamos corriente alterna.

Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica

Las instalaciones conectadas a la red suelen usarse para la venta de energía a red o para reducir la dependencia de la red eléctrica en todo lo posible. De la misma manera que ocurre en la instalación aislada, debemos hacer un estudio de la potencia diaria necesaria y decidir qué tipo de instalación realizaremos.

Al igual que en las instalaciones aisladas podremos optar por colocar baterías para los momentos que no hay sol, pero no será imprescindible pues podemos optar por usar la red eléctrica. Igualmente, siempre es recomendable el uso de baterías, para no perder la energía que generan los paneles solares en los momentos que no se está usando dicha electricidad.

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Veamos algunas ventajas:

⦁ Sostenibilidad y cambio climático – Ayudamos a la sostenibilidad energética de nuestra sociedad, contribuimos a la lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones de CO2. Democratizamos el mundo de la energía, que sigue muy dominado por oligopolios.

⦁ Ahorro económico – Conseguimos un ahorro económico muy importante en la factura de la luz por la disminución de consumo de electricidad de la red (que será sustituida por la energía limpia generada por tu sistema solar) y la compensación económica por la energía excedente vertida a la red. Es una inversión que retorna en ahorros entre 3 y 5 veces la inversión inicial durante la vida útil de la planta.

⦁ Incentivos y ayudas fiscales – Poco a poco, el autoconsumo está recibiendo el apoyo necesario de las administraciones mediante subvenciones. Muchos ayuntamientos ofrecen rebajas en el IBI por particulares y rebajas en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. Empresas de algunos sectores pueden conseguir subvenciones para inversiones en eficiencia energética. 

⦁ Independencia energética– Cuando nos convertimos en productores, además de consumidores, llegamos a ser más independientes respecto a los cambios del precio de la electricidad, así que ésto nos protege de ciertos oligopolios que hasta ahora hacían y deshacían según sus intereses y de los cambios bruscos de los precios de la energía, que se ven afectados por crisis geopolíticas periódicas.

⦁ Democratización y control – En el momento que una parte significativa de la sociedad participemos de manera importante en la generación eléctrica y seamos capaces de organizar y compartir energía verde y cercana entre nosotros, pasaremos a tener un papel “activo” y relevante en el sistema energético. El autoconsumo da control al  ciudadano y democratiza la energí


https://energia.jcyl.es/web/es/energias-renovables-ordenacion-energetica/usuarios.html
https://energia.jcyl.es/web/es/energias-renovables-ordenacion-energetica/energia-solar-fotovoltaica.html

Comunidades energéticas

Los pasos a seguir para la constitución de comunidades energéticas locales y financiación de proyectos piloto, figuran en la guía:

https://www.idae.es/sites/default/files/documentos/publicaciones_idae/guia_para-desarrollo-instrumentos-fomento_comunidades_energeticas_locales_20032019.pdf

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Para conseguir los objetivos propuestos, las comunidades energéticas podrán realizar diferentes actividades, principalmente, las siguientes:

• Generar energía renovable, ya sea para unautoconsumo compartido y/o para plantas de generación colectiva de energía.

• Distribuir la energía,haciéndose cargo de la gestión y mantenimiento de la instalación (cableado, transformadores, etc.).

• Suministrar energía, comprando de manera conjunta energía renovable en el mercado mayorista de electricidad.

• Intercambiar energía entre particulares (lo que se conoce como “peer to peer”).

• Agregar energía, a través de ofertar servicios de flexibilidad y balance de red al operador del sistema (REE) y distribuidoras.

• Contar con un almacenamiento compartido de energía.

• Prestar servicios de eficiencia energética, contribuyendo a que vecinos, comercios e industria local no paguen de más en su factura de la luz.

• Prestar servicios de recarga para vehículos eléctricos u otros servicios energéticos.

Es  la fórmula que permite generar, consumir y gestionar el autoconsumo colectivo por parte de un conjunto de socios (entre los que podemos encontrar a la ciudadanía en general, asociaciones, cooperativas, empresas, administraciones públicas, entre otras

Articula tanto la producción como el consumo de energías renovables en un ámbito local. Estas comunidades pueden hacer al mismo tiempo generación, distribución, suministro, mutualizar compras, almacenar excedentes, dar servicios para la mejora de la eficiencia energética, organizar puntos de recarga de vehículos eléctricos, etc.

 El objetivo de las comunidades energéticas es promover un modelo de consumo energético alternativo que tenga en cuenta las renovables, pero también una gestión comunitaria de la energía. Dentro de ese ámbito, una de las posibilidades que tienen las comunidades energéticas es acometer instalaciones de autoconsumo colectivo, de manera que a través sobre todo de placas fotovoltaicas se abastecen de su propia energía y los excedentes se vierten a la red.

Las comunidades energéticas no son un concepto técnico sino una manera de gobernanza. Se inician cuando una serie de personas en el ámbito local se agrupan para desarrollar proyectos energéticos que generen beneficios ambientales o sociales a la comunidad local donde se desarrolla.

Así pues, las comunidades energéticas se organizan con la premisa de buscar beneficios para la comunidad de distintas maneras. Algunas abordan la pobreza energética, de manera que un porcentaje de energía de sus proyectos se destina a familias sin recursos, otras se articulan para realizar talleres, aulas de energía o desarrollar proyectos de vehículos eléctricos para uso compartido. Además, pueden optar a la construcción de una instalación de autoconsumo colectivo. 

En una comunidad de vecinos, en un barrio o en un polígono industrial se puede apostar por el autoconsumo compartido, invirtiendo en una instalación fotovoltaica que abastezca a todos los miembros de la comunidad o incluso a la localidad donde se ubica.

Para convertirse en una Comunidad Energética se tiene que crear una única entidad jurídica (por ejemplo, una cooperativa, sociedad limitada, asociación, etc.) cuya finalidad sea contribuir a crear un sistema energético eficiente, descentralizado, justo y colaborativo, que se base en la participación voluntaria de los propios socios y que persiga la obtención de beneficios tanto energéticos, como sociales y medioambientales para los miembros de la comunidad y/o para la localidad en la que desarrolla su actividad

En cuanto a la búsqueda de beneficios económicos, la directiva europea de energías renovables indica claramente que no se pueden obtener ganancias financiaras con los servicios prestados a los socios de la comunidad.

Es importante recalcar el carácter abierto, voluntario y autónomo de la comunidad energética local en la que son los propios socios los que controlan y se hacen responsables de toda la cadena de producción de energía, desde la producción hasta el consumo.

Para aprobar la instalación de placas o aerogeneradores destinados a cubrir los consumos de zonas comunes y/o de todo el vecindario hay que someterlo a votación en la asamblea de la comunidad, en la que, tras la última modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, para que salga adelante basta con que lo apoye la mayoría de los propietarios (y de las cuotas de participación), siempre que su coste repercutido anualmente, una vez descontadas las subvenciones o ayudas públicas y aplicada en su caso la financiación, no supere la cuantía de nueve mensualidades ordinarias de gastos comunes.

 Según las características de la comunidad, podremos encontrarnos con diferentes posibilidades de comunidades energéticas: desde comunidades que se establecen en fincas de propiedad horizontal, hasta comunidades compuestas por socios conectados a una misma red de baja tensión o comunidades ya existentes en otros ámbitos (por ejemplo, comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, etc.), pasando por núcleos de cohesión social, clústeres de equipamientos públicos o clústeres de empresas, entre otras.

Las comunidades energéticas también pueden tener alcances diferentes, y con ello, hacer uso de diferentes tecnologías, que pueden ir desde la compra agregada de servicios o equipos, hasta el autoconsumo compartido, pasando por la adaptación energética del edificio (en caso de propiedad horizontal) o la generación centralizada y suministro compartido de energía térmica.

Otra posible distinción entre comunidades energéticas es la que toma como base la conexión física entre los socios, encontrando por una parte las que disponen de la proximidad que permite una instalación donde se conecten físicamente todos los miembros (por ejemplo, una instalación fotovoltaica compartida entre los miembros de la comunidad) y, por otra parte, las que se basan en una relación virtual, estando conectadas a través de la red general (por ejemplo, caso de compras agregadas o relaciones basadas en balances contables eléctricos y/o monetarios que no requieren de una conexión física entre sus socios). En este último caso, cabe destacar que no permiten la optimización de potencia eléctrica de cada socio ni aplicar el concepto de comunidad a otras fuentes de energía renovable como la térmica, así como tampoco a la rehabilitación energética de edificios.

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